Continuamos con las entrevistas de Cristina Solano a padres y madres con Daño Cerebral Adquirido
Es el turno de Milagros Azcona, de 62 años y residente en Puente la Reina
¿Cómo le ha afectado a su familia su daño cerebral?
Nos cambió la vida a toda la familia.
¿Cómo lo han vivido sus hijos?
Cuando me dio el ictus mi hijo estudiaba, lo pasó muy mal. Me dio en la cama, estaba yo en la cama durmiendo. Ese día, primero me caí trabajando en la fábrica, pero no quise ir al médico. A las 4 de la mañana fuimos a urgencias y me dieron medicación para el dolor, tranquilizantes y somníferos. Me dormí profundamente, pero esa noche me acabaron dando otros dos ictus mientras dormía. Mi hijo estaba deshecho, no entendía nada. Yo tenía 47 años y ahora 62.
Venir a Adacen es lo mejor que me ha pasado desde eso.
¿Entienden su nueva situación y se han adaptado a ella?
Ahora sí, aunque a mi hijo le costó al principio, como a toda la familia.
¿Sigue desarrollando con normalidad su rol de madre a pesar del DCA?
Si, soy una madraza.
¿Cuáles son las principales dificultades que se ha encontrado?
No poder estar con mi hijo en momentos que me hubiera gustado.
¿Cree que la sociedad entiende que siga cumpliendo con su rol de madre de manera exitosa?
A mí la sociedad me da igual, me importa mi familia y mi hijo, y mis familiares, que se han portado muy bien.
¿De qué se siente orgullosa de haber conseguido, a pesar de las dificultades?
De estar con mi marido y mi hijo al pie del cañón, de haber salido para delante, he trabajado mucho por la lesión cerebral sin venirme abajo, aunque no puedo andar.
